Pech.

Me enamoré una vez y me correspondieron.
Me enamoré una segunda y salí lastimado.
Conocí Europa por seguir a una mujer.
Estoy levantando una empresa.
Aprendí la humildad a partir de no tener dinero, y la modestia a partir de ganarlo con esfuerzo.
Algunas veces, contrario a lo que te gustaría, se me sale lo patán, otras lo Hidalgo y algunas otras lo Contreras pero trato siempre ser un caballero como me pediste y enseñaste cuando era niño.
Contrario a tus deseos, fui militar y me gusta poner cara de enojado.
Estudié comunicación y soy publicista, creo que tengo algo de talento.
Tu nieto nació con tus ojos.
Por el momento estoy soltero.

No sé dónde estás, no sé cómo estás y ya no sé cómo te ves. De ti sólo me quedan unas cuantas fotos, una bufanda y muchos recuerdos,

Quiero que sepas que te quiero, que te extraño y sobre todo que te entiendo.

Espero que algún día, cuando sea el momento, pueda verte y abrazarte de nuevo.
Mamá, te quiero.

Pedro Calderón de la Barca

Poeta y Soldado de Infantería

La noche en el Bosque Prohibido era fría y poco amigable, no es cosa de sabios o prudentes andar ahí metido por las noches, sólo los valientes que buscan un rato de soledad se aventuran a entrar.

Pero el Arquero no estaba ahí en pos de soledad, buscaba algo, a alguien.

Lo encontró pasada la media noche, el Paladín estaba sentado en la tierra junto a una fogata, no vestía su armadura pero tenía su espada entre las piernas. El Arquero se le acercó...

El Paladín no levantó la cara y el Arquero lo cubrió con una manta para después hacer lo que sabía hacer mejor: montar una guardia nocturna para que el Paladín pensara.